sábado, 21 de noviembre de 2015



Dom. XXXIII TO Ciclo B Mc.13,24.32

ESTÁ CERCA, A LA PUERTA
Un texto tan hiperbólico como el de hoy podría ser calificado de trasnochado propio de culturas superadas o bien de un relato de ciencia ficción y por tanto dejarlo de lado, indiferentes, sin descubrir su mensaje.
Se trata de un fragmento de género apocalíptico y simbólico que encierra una Palabra. Esa Palabra que no pasará aunque pasen el cielo y la tierra.
Cada uno tenemos nuestro grado y cualidad de Fe, nuestra postura ante la vida y nuestra ideología pero todos y cada uno nos enfrentamos a un futuro incierto y desconocido pero ese futuro lo construimos hoy. Este podría ser uno de los  mensajes que se nos ofrecen:                        Velad y orad porque no sabéis el día ni la hora… ni el cómo.
Cada uno tenemos nuestras propias inquietudes y problemas. Todos y cada uno de una manera o de otra, en un momento o en otro nos enfrentamos a cuestiones trascendentales espoleadas por el entorno, por el ambiente, la cultura o la mentalidad laicista imperante:    
Mi vida "¿es un paréntesis entre dos nadas?" "¿Una pasión inútil?" "¿Qué sentido tienen mis esfuerzos, mis luchas, mis trabajos incluso mis emociones?" "¿hay un tiempo más allá de la Historia?"
Aunque las respuestas quedan en el horizonte oscuro y misterioso de la FE si escudriñamos el fragmento de hoy despojándolo de sus aditamentos simbólicos y sus impresionantes imágenes nos queda la solución deseada para nuestro problema trascendental: El Señor está cerca, a la puerta.
No cabe duda de que el texto nos está hablando del tiempo final pero un final que no es concluyente puesto que en él aparece esta gran esperanza: Él está cerca, a la puerta.
No vamos hacia el caos, no vamos hacia la nada, vamos al encuentro del Señor.
                                                                                                     Sor Áurea


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